LucÃa llora. Su fÃsico ajado no hace justicia a sus 46 años. LucÃa llora mientras confiesa \«No podÃa ni limpiar el plato y el vaso de la comida, pero yo me esforcé, nos dicen que tenemos que luchar»\. Ella que siempre ha tenido su casa como los chorros del oro.
LucÃa vive sola, está realizando la travesÃa de la dura enfermedad sola.
Son momentos humanos que nos invitan a confidencias cada 21 dÃas, mientras la quimio atraviesa nuestra piel y fluye por nuestras venas destruyendo lo que encuentra en su camino. También se lleva nuestras defensas y energÃa, pero no nuestra esperanza y nuestra lucha.